domingo, 2 de mayo de 2010

Espectáculos

¿Cómo no sentirme así?


El calvo gira, da su paso de baile genuino. Se acomoda, dice, entona sus escritos que se adueñan del corazón. Late, un estadio donde 35 mil personas conservan, como en ese primer beso, el cosquilleo en la panza. Entonces, es natural que los ojos se empañen cuando avisa “allí estaba el fin, acechándolo…”. Porque el mundo gira menos veloz cuando, inevitablemente, este sueño amenaza con despertar. ¿Cuánto más? Si este líder de una banda que supo, desde sus canciones, enrollar sentimientos de fidelidad inagotable aclara, con su sarcasmo, que a los 61 pirulos anda cerca de que le deban cambiar los pañales. Eso se instala, queda en el aire con los últimos acordes de Ji Ji Ji, y adjunta la pregunta esquiva para una multitud que se conmueve con esas pequeñas cosas, con el mercado de todo amor. El Indio Solari, ese que obliga a esta aventura que no entiende de límites, no es para siempre. ¿Qué queda después? ¿Cuál es el refugio para corazones latiendo fuego? ¿Cómo no sentirme así…?

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