sábado, 26 de marzo de 2011

Salta


Tu esqueleto te trajo hasta aquí


Tal vez sea la música, su voz y letras. ¿Quién sabe? Hoteles de estrellas infinitas, hostels de baño comunitario, albergues transitorios y 600 casas de familia habilitadas para, como te dicen en el almacén o el canal local, todos y cada uno de los miles de ricoteros sientan que el espíritu de Patricio Rey duerme aquí. Los aviones aterrizan, los micros desde puntos infinitos y limítrofes caen a la terminal, los autos pasan, el camping es una vecindad divina. Un pibe se mueve, lo hace con un sentimiento que emociona, canta y baila. Sólo, con una mochila y una expresión que desnuda el tiempo de su llegada. Esas 22 horas de viaje en bondi no le aflojan las piernas para ser parte de una noche y madrugada previa en la que todo este mundo paralelo sale a la calle para una especia de vigilia. Dice que se llama Mariano, que es Mariano Ricotero y que viene desde General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires. Lo dice y se conmueve a los 23 años. Lo dice y acepta que la edad le jugó en contra para ser testigo de un recital de Los Redondos. Pero, claro, termina siendo un buen modelo para explicar, tal vez, que ni siquiera sea la música, su voz y letras. Y que esta movilización inagotable no entiende de generaciones ni de formaciones que se presentan arriba de un escenario. Tal vez, porque nunca lo fueron. Quizás, porque unas cuantas canciones bonitas tengan más contenido que el de sus propias letras. Este es un fenómeno social inigualable en Argentina y difícilmente parecido en el mundo. Ni el fútbol, cultura e identidad de este país, tiene la licencia para envenenarnos. Tanto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario